Profecía bíblica
La profecía bíblica consiste en la proyección de precedentes bíblicos, el uso de eventos proféticos y poder interpretar procesos proféticos que además de poder interpretar el pasado, inspiran el presente y permiten entender el futuro.La definición más usada sobre la profecía enfatiza el predecir el futuro, el milenio y el Apocalipsis.
Aunque la profecía constituye casi un tercio de la Biblia, su importancia es subestimada constantemente por aquellos que la descartan por no tener importancia práctica o por aquellos que se oponen a ella con el argumento de que es una “manía” que aparta los ojos de las personas de Jesús.
Apocalipsis 19:10 dice que “el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”. Por lo tanto, si la profecía es enseñada apropiadamente, no hay razón para que desvíe la atención de alguien lejos de Jesús. De hecho, debería servir para destacar la centralidad de Jesús.
¿Es práctica la profecía? Considere que todos los escritores del Nuevo Testamento atestiguan el hecho de que el estudio de la profecía motivará a vivir en santidad. ¿Qué podría ser más práctico que eso?
La profecía no tiene que ser maniática, de otro mundo o poco práctica, si es enseñada correctamente. Tampoco tiene que ser un patio de juego para fanáticos. Puede, y debería ser, pastos verdes para los discípulos.
Razones para su Estudio
1) Validadora de la Escritura – La profecía cumplida es una de las mejores evidencias que yo conozco de que la Biblia es la inspirada Palabra de Dios. La Biblia contiene cientos de profecías seculares cumplidas relativas a ciudades, naciones, imperios e individuos. Jeremías predijo que la cautividad babilónica duraría 70 años (Jer. 25:11-12). Isaías declaró que los hijos de Israel serían enviados a casa desde Babilonia por un hombre llamado Ciro (Is. 44:28, Esd. 1:1). Daniel declaró el orden preciso de cuatro grandes imperios gentiles(Daniel 2 y 7). La destrucción de Babilonia fue prevista por un número de profetas hebreos (Is. 13). En el Nuevo Testamento, Jesús predijo la destrucción completa de Jerusalén 40 años antes de que en realidad ocurriera(Lc. 21:6).
2) Validadora de Jesús – La Biblia contiene más de 300 profecías acerca de la primera venida de Jesús, todas las cuales fueron cumplidas literalmente. Cada aspecto de la vida de Jesús fue profetizado – el lugar de Su nacimiento, la naturaleza de Su nacimiento, la calidad de Su ministerio, el propósito de Su vida y la agonía de Su muerte. Considere, por ejemplo, la profecía de Salmo 22:16, de que las manos y pies del Mesías serían perforados. Esa profecía fue escrita por David cerca de mil años antes del nacimiento de Jesús. Fue escrita 700 años antes de la invención de la crucifixión como forma de ejecución. El cumplimiento literal de tantas profecías en la vida de un individuo trasciende cualquier simple coincidencia y sirve para validar que Jesús fue quien dijo que era – el divino Hijo de Dios.
3) Reveladora del futuro – La profecía sirve para decirnos algunas cosas que Dios quiere que sepamos acerca del futuro (Dt. 29:29; Am. 3:7). Dios no quiere que sepamos todo acerca del futuro, pero hay algunas cosas que debemos saber si vamos a tener una esperanza dinámica. Así pues, la profecía nos asegura que Jesús va a regresar, que El nos resucitará y que El nos tomará para que vivamos por siempre con El y con Dios el Padre. Con respecto a esto, Pedro compara la profecía con “una antorcha que alumbra en un lugar oscuro” (2 P. 1:19). Pablo hace el mismo punto en 1 Corintios, capítulo 2. El comienza señalando que ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ni la mente del hombre ha concebido, lo que Dios ha preparado para aquellos que lo aman. Pero en el versículo siguiente, Pablo dice que esas cosas han sido reveladas a nosotros por Dios por medio de Su Espíritu (1 Cor. 2:9-10).
4) Herramienta de Evangelismo – La profecía puede ser usada como una herramienta muy efectiva de evangelismo, tal como está ilustrado en la historia de Felipe y el eunuco (Hch. 8:26 ss.). Felipe usó el pasaje del gran sufrimiento del cordero (Is. 53) para enseñar que Jesús es el cordero que fue sacrificado por los pecados del mundo. Mateo y Pedro usaron la profecía cumplida en la vida de Jesús como una de sus herramientas básicas de evangelismo. De hecho, Pedro se refirió constantemente a la profecía en su primer sermón evangelístico el Día de Pentecostés (Hch. 2:14-39). El predicó que Jesús había sido crucificado y resucitado en cumplimiento de las profecías hebreas. Luego, Pedro se refirió a la profecía cumplida como una de las evidencias más grandes que Jesús verdaderamente era el Hijo de Dios (2 P. 1:16-19).
5) Herramienta de Enseñanza Moral – Las personas a menudo pasan por alto el hecho de que los profetas hebreos fueron tanto predicadores como predictores. De hecho, los profetas pasaron la mayor parte de su tiempo usando la Palabra de Dios para enfocar los problemas sociales. Ellos llamaron a sus oyentes al arrepentimiento, adoración verdadera, justicia social y santidad personal. Uno de los grandes temas recurrentes de los profetas es que “la obediencia es mejor que los sacrificios” (1 Sam. 15:22 y Os. 6:6). Esa declaración significa que ante los ojos de Dios, la obediencia a Sus mandamientos es más importante que prácticas religiosas externas tales como ofrecer sacrificios. La profecía es así un gran repositorio de enseñanza moral, y esos principios morales aún siguen siendo relevantes hoy (vea Amós 5:21-24; Miq. 6:8; Is. 58:3-9).
6) Generadora de Crecimiento Espiritual – El conocimiento profético fomenta la espera paciente (Santiago 5:7-8); provoca vigilancia seria (Mt. 24:36,42); inspira la labor dedicada (2 Tim. 4:7-8) y aumenta nuestra esperanza (Tito 2:11-14). El resultado es vivir en santidad. Pablo nos exhorta a “vivir decentemente, como a la luz del día”, porque el tiempo cuando el Señor volverá está cerca (Ro. 13:12-13). De igual forma, Pedro nos llama a ceñir nuestras mentes y a ser sobrios y santos mientras aguardamos la revelación de Jesús (1 P. 1:13-15).
Consejo y recomendación
En 2 Timoteo 3:16-17, Pablo escribe que toda la palabra de Dios es “útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia”. Eso incluye la Palabra Profética de Dios. En 1 Tesalonicenses 5:20 el apóstol Pablo nos suplica que tratemos a la profecía con respeto.
Pedro nos advierte en su segunda epístola que una de las señales de los tiempos del fin será la aparición de “burladores” que despreciarán y ridiculizarán la promesa del regreso de nuestro Señor (2 P. 3:3 y ss.). La gran tragedia de nuestra época es que muchos de los burladores más ruidosos son líderes religiosos que profesan seguir a Cristo. Tales líderes crucificaron a Jesús la primera vez que El vino. Ahora se burlan de Su promesa de regresar.
Un buen ejemplo acerca de lo que estoy hablando es el “Seminario Jesús”, que ha estado funcionando durante los últimos años. Está compuesto por 40 “eruditos” del Nuevo Testamento provenientes de una gran variedad de seminarios cristianos en América. El seminario se ha estado reuniendo cada seis meses para votar acerca de los dichos de Jesús registrados en los cuatro evangelios. Ellos esperan producir una nueva versión de los evangelios en los que los dichos de Jesús será codificados con colores: rojo, si lo dijo; rosado; si lo pudo haber dicho; gris, si probablemente no lo dijo; y negro, si definitivamente no lo dijo.
Cuando votaron en los dichos de Jesús con respecto a Su Segunda Venida, ellos votaron que todos los dichos eran espurios y probablemente hayan sido “inventados” por Sus discípulos. ¡Qué apostasía!
Alimento espiritual
La Palabra Profética de Dios es alimento para nuestro crecimiento espiritual. Necesitamos tomarla del estante. Necesitamos abrirla y deleitarnos en ella y necesitamos hacerlo con corazones creyentes.
El libro de Revelación promete bendiciones a aquellos que lo lean (o que lo escuchen leer) y que lo obedezcan (Ap. 1:3). Es el único libro de la Biblia en prometer una bendición tan específica, pero toda la Palabra de Dios está diseñada para bendecirnos espiritualmente (Sal. 119) y eso incluye la Palabra Profética.
Escrituras Claves sobre Profecía
Vamos a concluir con un recordatorio de lo que la Palabra de Dios misma dice acerca del valor de la profecía. De esta forma, podemos estar seguros que el esfuerzo que dediquemos al estudio de las Escrituras proféticas, será un tiempo sumamente bien invertido.
La primera cita será de la versión Reina Valera 1960 y la segunda de la Nueva Versión Internacional.
(Dt. 29:29)
“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre”.
“Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre”.
(Am. 3:7)
“Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”.
“En verdad, nada hace el Señor omnipotente sin antes revelar sus designios a sus siervos los profetas”.
(Is. 46:9-11)
“Yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a Mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho… Yo hablé y lo haré venir; lo he pensado y también lo haré”.
“Yo soy Dios, y no hay ningún otro, yo soy Dios, y no hay nadie igual a mí. Yo anuncio el fin desde el principio; desde los tiempos antiguos, lo que está por venir… Lo que he dicho, haré que se cumpla; lo que he planeado, lo realizaré”.
(Mt. 5:17)
(Jesús dijo): “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar sino para cumplir”.
“No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos sino a darles cumplimiento”.
(Lc. 24:44)
(Jesús) “les dijo: Éstas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de Mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos”.
“Cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos”.
(Hch. 10:43)
“De Éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en El creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre”.
“De Él (Jesús) dan testimonio todos los profetas, que todo el que cree en él recibe, por medio de su nombre, el perdón de los pecados”.
(1 P. 1:10-11)
“Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos”.
“Los profetas, que anunciaron la gracia reservada para ustedes, estudiaron y observaron esta salvación. Querían descubrir a qué tiempo y a cuáles circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando testificó de antemano acerca de los sufrimientos de Cristo y de la gloria que vendría después de éstos”.
(2 P. 1:20-21)
“Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”.
“Ante todo, tengan muy presente que ninguna profecía de la Escritura surge de la interpretación particular de nadie. Porque la profecía no ha tenido su origen en la voluntad humana, sino que los profetas hablaron de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo”.
(Ap. 19:10)
“El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”.
“El testimonio de Jesús es el espíritu que inspira la profecía”.
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